En este folleto presentaremos una serie de pasajes de Las Escrituras
sobre el Espíritu Santo y la interpretación actual que el adventismo hace sobre
los mismos. A continuación de cada texto, dejaremos una cita del Espíritu de
Profecía sobre el mismo versículo y verá como existe un gran contraste entre lo
que interpretaba Elena White y lo que se enseña
actualmente.
(Los énfasis son nuestros)
1 El Espíritu sobre las aguas
Génesis 1:2 Y la tierra estaba desordenada y vacía, y las tinieblas
estaban sobre la faz del abismo, y el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de
las aguas.
Interpretación: El
Espíritu que se movía sobra las aguas es la “tercer persona” de la Deidad.
Elena
White: "Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a
toda la verdad". Sólo mediante la ayuda de ese Espíritu que en el
principio "se movía sobre la faz de las aguas"; de aquel Verbo por quien "todas las
cosas. . . fueron hechas"; de aquella "Luz verdadera que alumbra a todo hombre", puede
interpretarse correctamente el testimonio de la ciencia. Sólo mediante su
dirección pueden descubrirse sus verdades más profundas. (La Educación, Pág. 134,
Cap. la Ciencia y la Biblia)
2 Hagamos al hombre
Génesis
1:26 Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme
a nuestra semejanza; y señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos,
en las bestias, en toda la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la
tierra.
Interpretación:
Cuando Dios dice “Hagamos” son las tres personas hablando.
Elena
White: Satanás fue una vez un ángel a quien se honraba en el cielo, el que seguía en orden a Cristo. Su
semblante, como el de otros ángeles, era benigno y denotaba felicidad. Su
frente, alta y espaciosa, indicaba poderosa inteligencia. Su figura era
perfecta, y su porte noble y majestuoso. Pero
cuando Dios dijo a su Hijo: "Hagamos al hombre a nuestra imagen,"
Satanás sintió celos de Jesús. Deseó que se le consultase acerca de la
formación del hombre, y porque esto no se hizo, se llenó de envidia, celos y
odio. Deseó recibir los más altos honores después de Dios, en el cielo.
(Primeros Escritos, Pág. 145, Cap. La Caída de Satanás)
3 Descendamos y confundamos sus lenguas
Génesis
11:7 Ahora, pues, descendamos, y confundamos allí su lengua, para que
ninguno entienda el habla de su compañero.
Interpretación:
Cuando dice “descendamos” se refiere al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.
Elena
White: Se exaltaron a sí mismos frente a Dios. Pero él no permitiría que
completaran su obra. La torre alcanzaba ya una gran altura cuando el Señor envió dos ángeles para que los
confundieran en su trabajo. Se había encargado a ciertos hombres que
recibieran indicaciones de los que trabajaban en lo alto, y que pedían
materiales para su trabajo, de manera que el primero se comunicaba con el
segundo, y éste con el tercero, hasta que el pedido llegaba a los que estaban
abajo. A medida que el mensaje pasaba de uno a otro en su descenso, los ángeles confundieron sus lenguas, y
cuando el pedido llegó a los obreros que estaban abajo se proveyó material que
no se había pedido. Y cuando después de un laborioso proceso éste llegaba a los
obreros que estaban en la cumbre, no era lo que querían. Chasqueados y enojados
reprochaban entonces a los que suponían culpables. (La Historia de la
Redención, Pág. 74, Cap. 9 La Torre de Babel)
4 El Espíritu como paloma
Juan
1:32 También dio Juan testimonio, diciendo: Vi al Espíritu que
descendía del cielo como paloma, y permaneció sobre él.
Interpretación: En
el bautismo de Cristo se manifestó el Espíritu como la tercera persona de la
Deidad.
Elena
White: Nunca antes habían escuchado los ángeles semejante oración. Ellos
anhelaban llevar a su amado Comandante un mensaje de seguridad y consuelo. Pero
no; el Padre mismo contestará la
petición de su Hijo. Salen directamente del trono los rayos de su gloria. Los cielos se abren, y sobre la cabeza del
Salvador desciende una forma de paloma de la luz más pura, emblema adecuado del Manso y Humilde. (El Deseado de Todas las
Gentes, Pág. 112, Cap. El Bautismo)
5 La Blasfemia contra el Espíritu Santo
Marcos
3:29 Pero cualquiera que blasfeme contra el Espíritu Santo, no tiene jamás
perdón, sino que es reo de juicio eterno.
Interpretación: Cualquiera que
no reconozca al Espíritu Santo como la tercera persona de la Deidad, no tiene
perdón.
Elena White: Nadie necesita
considerar el pecado contra el Espíritu Santo como algo misterioso e
indefinible. El pecado contra el Espíritu Santo es el pecado de un rechazo
persistente a responder a la invitación a arrepentirse. Si rehusáis creer en
Jesucristo como vuestro Salvador personal,... significa que amáis la atmósfera
que rodeó al primer gran apóstata. Elegís esa atmósfera antes que la atmósfera
que rodea al Padre y al Hijo, y Dios
os permite elegir (Review and Herald, 29-6-1897. A fin de Conocerle, Pág. 239).
6 El Otro Consolador
Juan 14:16 Y yo rogaré al
Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre.
Interpretación: La palabra
“otro” implica que no se trata del mismo Cristo, sino de la tercera persona de
la Deidad.
Elena White: No hay consolador como Cristo, tan
tierno y tan leal. Está conmovido por los sentimientos de nuestras debilidades.
Su Espíritu habla al corazón. Las
circunstancias pueden separarnos de nuestros amigos; el amplio e inquieto
océano puede agitarse entre nosotros y ellos. Aunque exista su sincera amistad,
quizá no puedan demostrarla haciendo para nosotros lo que recibiríamos con
gratitud. Pero ninguna circunstancia ni distancia puede separarnos del
Consolador celestial. Doquiera estemos, doquiera vayamos, siempre está allí,
Alguien que está en el lugar de Cristo para actuar por él. Siempre está a
nuestra diestra para dirigimos palabras suaves y amables, para apoyar,
sostener, defender y animar. La
influencia del Espíritu Santo es la vida de Cristo en el alma. Este
Espíritu obra dentro y por medio de cada uno que recibe a Cristo. (Dios nos
Cuida, Mayo 14, La Venida del Consolador)
7 En el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo
Mateo 28:19 Por tanto, id,
y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre,
y del Hijo, y del Espíritu Santo.
Interpretación: Estos son los
tres nombres de las tres personas de la Deidad.
Elena White: Los que son
bautizados en el triple nombre del Padre,
del Hijo y del Espíritu Santo, en el mismo portal de su vida cristiana, declaran
públicamente que han aceptado la invitación: "Salid de en medio de ellos,
y apartaos, dice el Señor, y no toquéis lo inmundo; y yo os recibiré, y seré
para vosotros por Padre, y vosotros
me seréis hijos e hijas, dice el
Señor Todo poderoso" "Así que, amados, puesto que tenemos tales
promesas, limpiémonos de toda contaminación de carne y de espíritu, perfeccionando la santidad en el temor de Dios" (2
Cor. 6: 17, 18; 7: 1) (Maravillosa Gracia, Pág. 133, El Papel del Bautismo)
Estos hermanos no sabían nada de la misión del Espíritu Santo. Cuando
Pablo les preguntó si habían recibido el Espíritu, contestaron: "Ni aun
hemos oído si hay Espíritu Santo." "¿En qué pues sois
bautizados?" preguntó Pablo, y ellos dijeron: "En el bautismo de
Juan."… Les dijo cómo el Señor de la vida había roto las barreras de la
tumba, y se había levantado triunfante de la muerte. Repitió la comisión del
Salvador a sus discípulos: "Toda potestad me es dada en el cielo y en la
tierra. Por tanto id, y doctrinad a todos los Gentiles, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo."
(Mat. 28: 18, 19.) Les habló también de la promesa de Cristo de enviar el
Consolador, por cuyo poder se realizarían poderosas señales y prodigios, y
describió cuán gloriosamente esta promesa se había cumplido el día de
Pentecostés.
Con profundo interés, y agradecido y maravillado gozo, los hermanos
escucharon las palabras de Pablo. Por la fe aceptaron la maravillosa verdad del
sacrificio expiatorio de Cristo, y le recibieron como su Redentor. Fueron bautizados entonces en el nombre de
Jesús; "y habiéndoles impuesto Pablo las manos," recibieron
también el bautismo del Espíritu Santo,
por el cual fueron capacitados para hablar los idiomas de otras naciones, y
para profetizar. (Hechos de los Apóstoles, Pág. 282, 283. Cap. 27 Éfeso)
8 Ananías le miente al Espíritu Santo
Hechos 5:3, 4 Y dijo Pedro: Ananías, ¿por qué llenó Satanás tu corazón
para que mintieses al Espíritu Santo, y sustrajeses del precio de la
heredad? Reteniéndola, ¿no se te quedaba a ti? y vendida, ¿no estaba en tu
poder? ¿Por qué pusiste esto en tu corazón? No has mentido a los hombres, sino
a Dios.
Interpretación: Le
mintió al Espíritu Santo y le mintió a Dios, por lo tanto el Espíritu Santo es
Dios. Está Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo.
Elena
White: Los apóstoles se opusieron a los miembros de la iglesia que,
mientras profesaban tener piedad, daban secretamente cabida a la iniquidad.
Ananías y Safira fueron engañadores que pretendían hacer un sacrificio completo
delante de Dios, cuando en realidad guardaban para sí con avaricia parte de la
ofrenda. El Espíritu de verdad
reveló a los apóstoles el carácter verdadero de aquellos engañadores, y el
juicio de Dios libró a la iglesia de aquella inmunda mancha que empañaba su
pureza. Esta señal evidente del discernimiento del Espíritu de Cristo en los asuntos de la iglesia, llenó de terror a
los hipócritas y a los obradores de maldad. (El Conflicto de los Siglos, Pág
48, Cap. 2 La Fe de los Mártires)
9 El Espíritu Santo intercede
Romanos
8:26 Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad;
pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo
intercede por nosotros con gemidos indecibles.
Interpretación: El
Espíritu Santo gime e intercede, por lo tanto es otra persona aparte del Padre
y el Hijo.
Elena
White: El Espíritu Santo formula toda oración sincera. Descubrí que en
todas mis intercesiones, interviene por mí y por cada uno de los santos. Su
mediación siempre estará fundamentada en la voluntad de Dios, y nunca tendrá el
propósito de avalar lo que está en contra de sus designios. "El Espíritu nos
ayuda en nuestra debilidad" (Rom. 8: 26). Siendo Dios, el Espíritu conoce la mente del Altísimo. Por lo tanto, en
cada oración, ya sea en favor de los enfermos u otras necesidades, la voluntad
de Dios ha de ser respetada. "¿Quién de los hombres sabe las cosas del
hombre, sino el espíritu del hombre que está en él? Así también nadie conoció
las cosas de Dios, sino el Espíritu de Dios" (1 Cor. 2: 11).
Si deseamos ser enseñados por Dios, deberemos orar
conforme a su voluntad revelada, y estar dispuestos a sometemos a sus
designios, porque los desconocemos. Cada súplica debe estar de acuerdo con los
deseos de Dios, confiando en su preciosa Palabra, y creyendo que Cristo se dio
a sí mismo por sus discípulos. El
registro dice: "Y habiendo dicho esto, sopló, y les dijo: Recibid el
Espíritu Santo" (Juan 20: 22).
Jesús está esperando soplar
sobre todos sus discípulos con el propósito de darles la inspiración
santificada de su Espíritu y
transmitir a su pueblo su propia
influencia vitalizadora... La voluntad debe cooperar con la suya y actuar
con su Espíritu, puesto que ya no son ellos los que viven, sino Cristo en los
suyos. Jesús desea grabar en sus hijos la idea de que, al darles el Espíritu Santo, les concede la misma gloria que el Padre
le había dado, para que él y su pueblo sean uno en Dios. Nuestros deseos y
nuestra voluntad deben estar sujetos a la suya, puesto que él es justo, santo y
bueno. (Signs of the Times, 3 de octubre de 1892)
Su
"Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles".
Cuando "la creación gime a una", el
corazón del Padre infinito gime porque
simpatiza con nosotros. Nuestro mundo es un vasto lazareto, un
escenario de miseria al cual no nos atrevemos a dedicar siquiera nuestros
pensamientos. Si nos diéramos cuenta exacta de lo que es, el peso sería
demasiado aplastante. Sin embargo, Dios lo siente todo. Para destruir el pecado
y sus consecuencias, dio a su Hijo amado y nos permite que, mediante la
cooperación con él, terminemos con esta escena de miseria. "Y será
predicado este Evangelio del reino en todo el mundo, para testimonio a todas
las naciones; y entonces vendrá el fin". (La Educación, Pág. 263, 264,
Cap. La Obra de la Vida)
¿QUIEN ES EL ESPÍRITU SANTO?
Cubierto por la humanidad Cristo no podía estar en cada
lugar personalmente, por ésta razón era por todo una ventaja que Él debía
abandonarlos para ir a su Padre y enviar el Espíritu Santo como su sucesor aquí
en la tierra. El Espíritu Santo es Él
mismo, despojado de la personalidad de la humanidad e independiente de ella. Él
debía representarse a Sí mismo como presente en todas partes por su Espíritu
Santo. (Manuscript Release, # 1084).
Gálatas
4:6 Y por cuanto sois hijos, Dios envió a vuestros corazones el Espíritu de su Hijo, el cual clama:
¡Abba, Padre!
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