Buscando...
viernes, 20 de junio de 2014

Una Visión del Santuario Celestial


Quise compartir esta visión de Elena White sobre el santuario celestial par llamar la atención al pueblo adventista sobre el lugar que ocupan el Padre y el Hijo. Es una visión que muestra de manera clara quien es Dios, quien es el Mesías y el papel que desempeñan. Espero les sea de bendición!


EL FIN DE LOS 2300 DÍAS

    Vi un trono, y sobre él se sentaban el Padre y el Hijo. Me fijé en el rostro de Jesús y admiré su hermosa persona. No pude contemplar la persona del Padre, pues le cubría una nube de gloriosa luz. Pregunté a Jesús si su Padre tenía forma como él. Dijo que la tenía, pero que yo no podría contemplarla, porque, dijo: "Si llegases a contemplar la gloria de su persona, dejarías de existir." Delante, del trono vi al pueblo adventista -la iglesia y el mundo. Vi dos compañías, la una postrada ante el trono, profundamente interesada mientras que la otra no manifestaba interés y permanecía de pie, indiferente. Los que estaban postrados delante del trono elevaban sus oraciones a Dios y miraban a Jesús; miraba él entonces a su Padre, y parecía interceder para con él. Una luz se transmitía del Padre al Hijo y de éste a la compañía que oraba. Entonces vi que una luz excesivamente brillante procedía del Padre hacia el Hijo, y desde el Hijo ondeaba sobre el pueblo que estaba delante del trono. Pero pocos recibían esta gran luz. Muchos salían de debajo de ella y la resistían inmediatamente; otros eran descuidados y no apreciaban la luz, y ésta se alejaba de ellos. Algunos la apreciaban, y se acercaban para postrarse con la pequeña compañía que oraba. Esta recibía la luz y se regocijaba en ella, y sus rostros brillaban con su gloria.

    Vi al Padre levantarse del trono,  y en un carro de llamas entró en el lugar santísimo, al interior del velo, y se sentó. Entonces Jesús se levantó del trono, y la mayoría de los que estaban prosternados se levantó con él. No vi un solo rayo de luz pasar de Jesús a la multitud indiferente después que él se levantó, y esa multitud fue dejada en perfectas tinieblas. Los que se levantaron cuando se levantó Jesús, tenían los ojos fijos en él mientras se alejaba del trono y los conducía un trecho. Alzó entonces su brazo derecho, y oímos su hermosa voz decir: "Aguardad aquí; voy a mi Padre para recibir el reino; mantened vuestras vestiduras inmaculadas, y dentro de poco volveré de las bodas y os recibiré a mí mismo."

    Después de eso, un carro de nubes, cuyas ruedas eran como llamas de fuego, llegó rodeado de ángeles, adonde estaba Jesús. El entró en el carro y fue llevado al lugar santísimo, donde el Padre estaba sentado. Allí contemplé a Jesús, el gran Sumo sacerdote, de pie delante del Padre. En la orla de su vestidura había una campana y una granada; luego otra campana y otra granada. Los que se levantaron con Jesús elevaban su fe hacia él en el lugar santísimo, y rogaban: "Padre mí danos tu Espíritu." Entonces Jesús soplaba sobre ellos el Espíritu Santo. En ese aliento había luz, poder y mucho amor, gozo y paz.

    Me di vuelta para mirar la compañía que seguía postrada delante del trono y no sabia que Jesús la había dejado. Satanás parecia estar al lado del trono, procurando llevar adelante la obra de Dios. Vi a la compañía alzar las miradas hacia el trono, y orar: "Padre, danos tu Espíritu." Satanás soplaba entonces sobre ella una influencia impía; en ella había luz y mucho poder, pero nada de dulce amor, gozo ni paz. El objeto de Satanás era mantenerla engañada, arrastrarla hacia atrás y seducir a los hijos de Dios.

En la imagen siguiente dejo una pequeña reflexión: 
(Click sobre la imagen)



2 comentarios:

  1. El Consolador que Cristo prometió enviar después de ascender al cielo, es el Espíritu en toda la plenitud de la Divinidad, poniendo de manifiesto el poder de la gracia divina a todos los que reciben a Cristo y creen en él como un Salvador personal. Hay tres personas vivientes en el trío celestial; en el nombre de estos tres grandes poderes—el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo—son bautizados los que reciben a Cristo mediante la fe, y esos poderes colaborarán con los súbditos obedientes del cielo en sus esfuerzos por vivir la nueva vida en Cristo.—Special Testimonies, Serie B, 7:62, 63 (1905).{Ev 446.3}

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Jonathan tienes un problema la credulidad, o crees en la trinidad o crees que jesus es en realidad el hijo de Dios como dice la biblia, pero no puedes creer las dos cosas; fijate como estas citas de E.G. en DTG van en direccion opuesta Pág. 201:
      El Salvador había hablado por medio de todos los profetas. "El espíritu de Cristo que estaba en ellos" "prenunciaba las aflicciones que habían de venir a Cristo, y las glorias después de ellas.' (1Pedro 1:11)

      Pág. 236:
      Jesús vino para "deshacer las obras del diablo." "En él estaba la vida," y él dice: "Yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia." El es un "espíritu vivificante." (1Corintios 15:45)
      Pág. 180:
      Ese espíritu de vida en Cristo Jesús, "la virtud de su resurrección," libra a los hombres "de la ley del pecado y de la muerte." El dominio del mal es quebrantado, y por la fe el alma es guardada de pecado. El que abre su corazón al Espíritu de Cristo llega a participar de ese gran poder que sacara su cuerpo de la tumba.
      Ahora, note como se relaciona la texto anterior con el siguiente texto de Patriarcas y Profetas
      Cristo no sólo fue el que dirigía a los hebreos en el

      desierto —el Ángel en quien estaba el nombre de Jehová,

      y quien, velado en la columna de nube, iba delante de la

      hueste— sino que también fue él quien dio la ley a Israel.

      (Véase el Apéndice, nota 10.) En medio de la terrible gloria

      del Sinaí, Cristo promulgó a todo el pueblo los diez

      mandamientos de la ley de su Padre, y dio a Moisés esa

      ley grabada en tablas de piedra.

      Fue Cristo quien habló a su pueblo por medio de los

      profetas. El apóstol Pedro, escribiendo a la iglesia

      cristiana, dice que los que "profetizaron de la gracia que

      había de venir a vosotros, han inquirido y diligentemente

      buscado, escudriñando cuándo y en qué punto de tiempo

      significaba el Espíritu de Cristo que estaba en ellos, el cual

      prenunciaba las aflicciones que habían de venir a Cristo, y

      las glorias después de ellas." (1 Ped. 1: 10, 11.) Es la voz

      de Cristo la que nos habla por medio del Antiguo

      Testamento. "Porque el testimonio de Jesús es el espíritu

      de la profecía." (Apoc. 19: 10.) PP pag 383

      Los originales de la cita oscura que tu referencias no las tiene nadie estan perdidas. pero mas importante es que la trinidad no tiene base biblica.

      "Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad".* Sólo mediante la ayuda de ese Espíritu que en el principio "se movía sobre la faz de las aguas"; de aquel Verbo por quien "todas las cosas. . . fueron hechas"; de aquella

      "Luz verdadera que alumbra a todo hombre", puede interpretarse correctamente el testimonio de la ciencia. Sólo mediante su dirección pueden descubrirse sus verdades más profundas.Sólo bajo la dirección del Omnisciente podremos llegar a pensar lo mismo que él cuando estudiemos
      sus obras. La Educacion 135

      Eliminar

 
Back to top!